La Misa Anual de Esperanza y Sanación es parte de un extenso programa para sanar las heridas que tanto individuos en cinjunto con la Iglesia sufrieron debido a abusos de todo tipo. Además de las numerosas modificaciones de políticas y salvaguardias que se han implementado para proteger a nuestros niños y adultos vulnerables, debemos seguir unidos en la oración para pedir la gracia y misericordia de Dios mientras continuamos en el proceso de sanación.

Los efectos del abuso se extienden más allá del perpetrador y el sobreviviente y resuenan en las familias y las comunidades.

Invitamos a cualquier persona que haya sido afectada por estos abusos o que desee orar por un amigo o familiar que sufre el impacto de ellos a unirse a nosotros en la Misa de Esperanza y Sanación.